ü CASO CANTAGALLO
44 de 50 familias de Cantagallo emigraron al Brasil
Este
centro poblado fue levantado hace nueve años para conformar las llamadas
Fronteras Vivas que el gobierno en ese entonces propició mediante un programa
de apoyo al repoblamiento fronterizo. Incluso se levantaron viviendas, postas
médicas, escuelas y un campamento para el ejército peruano. Pero conforme pasó
el tiempo solo ha quedado el campamento del ejército peruano denominado UMAR 3,
el cual se dedica a cuidar la frontera en medio de la enmarañada selva.
La
infraestructura educativa está en muy mal estado, de igual modo la posta médica
no cuenta con personal ni los medicamentos para tratar las distintas
enfermedades endémicas. Cantagallo es una zona fronteriza con Brasil. En el lugar,
hace nueve años, se establecieron 50 familias; sin embargo hoy sólo quedan
seis. La mayoría se trasladó al lado brasileño debido a que allí obtienen más
apoyo de sus autoridades. (Fuente: Enlace Nacional)
ü CASO PURÚS
Los diversos acuerdos
firmados por el Perú para fortalecer las relaciones bilaterales, debido a que
estas poblaciones ejercen un papel importante para el intercambio e integración
con las naciones vecinas, no han servido de mucho, pues las llamadas fronteras
‘vivas’ no cuenta con una política eficaz de desarrollo fronterizo.
Por ejemplo, en estos días, la población de
Purús emigra a Brasil porque sigue aislada del resto del Perú. Purús es la
punta que sobresale del Perú hacia el este, está atravesada de ríos que
pertenecen a la hoya del Amazonas y que corren hacia el Brasil. Ha sido
disputada diplomáticamente en forma bastante intensa, tanto con el Brasil como
con Bolivia. Finalmente, hemos ganado lo que tenemos, esa punta de selva densa
cruzada de agua. Lamentablemente no tiene comunicación terrestre ni fluvial con
la región Ucayali a
la que pertenece. Además, los vuelos de acción cívica han sido suspendidos en
octubre del 2008, lo que agudiza el aislamiento de esta población fronteriza.
La suspensión de los
vuelos se debe a la falta de financiamiento ofrecido por el Ministerio de
Economía y Finanzas para subvencionar parcialmente el costo de vuelos de acción
cívica Pucallpa-Puerto Esperanza (capital de Purús). Esto viene ocasionando el
sobrecostos de los alimentos y combustibles.
El alcalde de la
provincia de Purús, Emilio Montes, denunció la migración de muchos pobladores
indígenas de su provincia hacia Brasil, debido al alto costo de vida en su
jurisdicción. Actualmente, el centro de salud de Puerto Esperanza sufre de
escasez de medicina básica y no se pueden realizar operaciones quirúrgicas de
ningún tipo.
Según
el Mapa de Pobreza de FONCODES de 2006, Purús figura dentro del quintil de los
Más Pobres. El 72% de la población es rural y el 81% pertenece a diversas
comunidades nativas; el 38% de la población es menor de 12 años. La escasa
inversión en servicios públicos se refleja en cifras como: 99% de la población
no cuenta con servicio de agua y el 75% no tienen electricidad, la mortalidad
infantil asciende a 64 por mil y el 39% de niños presenta desnutrición infantil
crónica. Asimismo, el 30% de la población femenina es analfabeta.
ü CASO IÑAPARI
la
provincia de Tahuamanú, cuya capital es la ciudad de Iñapari (Madre de Dios),
hito importante de la carretera interoceánica, han manifestado su desasosiego a
causa de las diferencias existentes entre esa ciudad y el grado de desarrollo
de su paralela en Brasil, la ciudad emergente de Assis. Y es que si se quiere
hablar de integración fronteriza debemos tener presente que primero hay que
contar con pueblos cuyo crecimiento sea similar, si no es así uno de los
pueblos será subyugado por el otro.
Todo
esto es muy preocupante; pero cabe otra alerta, la de prever la inseguridad de
nuestra zona fronteriza amazónica, lugar en el que se puede percibir con mayor
dolor ese abandono del Estado. No es novedad que esta situación sea aprovechada
por las tropas de las FARC, los productores ilegales de coca -alimentados por
la demanda del narcotráfico-, aquellos que depredan nuestros bosques y degradan
nuestros ecosistemas y los que se apropian informalmente de tierras para
cultivos.
Por
todas estas razones esperamos que a la brevedad posible el Poder Ejecutivo y el
Parlamento no sólo terminen de definir una adecuada política de desarrollo e
integración fronteriza sino que velen para que se transforme esta desidia
-frente a las necesidades más elementales de esas poblaciones- en acción a
favor del crecimiento y desarrollo de esos pueblos. Estas localidades
concentran menos del 5% de la población nacional, quizá por eso no sea tan atractivas
para los políticos, pero se trata de peruanos con iguales derechos que los que
vivimos de este lado de nuestro país.
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